2/11/08

Palabras de una madre a los estudiantes

No se si este es el lugar correcto para escribir. No se si usted, como yo, padre de un alumno del INSA/IUPA, lee este blog. No se si a usted, como a mi, le interesa el futuro de su hijos. No se si esto servirá para algo. No se muchas cosas. Pero si se que siempre les transmití a mis hijos que ellos deben pelear por su futuro. Que mucho de lo que sucede en nuestro Pais es producto del famoso “no te metas”. Que nunca más acertada la frase “no te quejes si no te quejas”. Se que el compromiso y la participación en aquellas cosas que son de su genuino interés es lo único que los va a engrandecer como ciudadanos de derecho, como seres libres, capaces a su vez, y en su momento de transmitir los mismos valores que recibieron.

Se que guardar respeto por las Instituciones es también ayudarlas a crecer, a aggiornarse a los tiempos que corren, a exigirles para sus miembros lo que les prometieron, lo que ellos necesitan, lo que ellos fueron a buscar, en definitiva, ayudar a las Instituciones a respetarse a si mismas.

Me siento enormemente orgullosa de ver a este grupo de adolescentes, jóvenes y no tan jóvenes alumnos de tan maravillosa Institución peleando por sus derechos, guardando respeto por sus mayores, por sus docentes y, sobre todo, exigiendo el mismo respeto hacia ellos. Me siento profundamente identificada con un grupo de ciudadanos que, en concordancia con lo que dicen y hacen, han puesto al frente de sus jóvenes vidas la bandera de la reivindicación, la que nosotros, sus mayores no hemos sabido respetarles.

De nuevo digo, no se si este es el lugar correcto, pero es desde y en el que les puedo decir, LOS FELICITO, ME SIENTO ORGULLOSA DE USTEDES.
Cuenten conmigo si creen que en algo los puedo ayudar

Laura Bordato

20/10/08

“……………………” por Juan Jauregui

Publico este escrito por la simple razón de encontrarme, como casi la mayoría, lleno de dudas y preguntas. Y en esta constante interrogación y necesidad de encontrar por lo menos algunas certezas, no hago más que hacerme y hacer nuevas preguntas.

Afortunadamente, y verdaderamente lo celebro, está esta iniciativa que tuvieron algunos estudiantes de preguntarse, investigar y poner sobre la mesa una discusión tan sustancial como la validez de los títulos de las carreras que han elegido como opción de vida.

Ahora bien, intentando analizar el contexto en el que se desenvuelven estos hechos, nos encontramos con que están generados en gran parte por la No Normalización, requisito indispensable para el funcionamiento democrático, público y participativo de una casa de estudios. Como centro cuya finalidad es la de estimular la creación de significados compartidos y la investigación-producción de conocimientos, debería bregarse por los principios de justicia, libertad, ética, compromiso, y responsabilidad, pero lamentablemente nos encontramos ante otra realidad.

Hasta ahora los interrogantes se relacionan con la validez de los títulos, las carreras, centro de estudiantes y algunos otros temas sustanciales, pero existen otras cuestiones que, a mi entender, deben ser expuestas y hechas públicas, si se quiere como un acto de “solidaridad” hacia otros sectores que están íntimamente ligados a nuestra formación, .
me refiero al sector docente y no docente.

Y es acá cuando me pregunto: ¿Es justo que las personas que se despeñan como docentes; artistas, administrativos y auxiliares de servicio, y que con su trabajo dan al lugar el prestigio de excelencia académica que se proclama como principal característica del Instituto no gocen de estabilidad laboral?

¿Es justo que estas personas no puedan proyectar aspectos básicos de sus vidas a un plazo no mayor a medio año?

¿Es justo que se decida sobre sus destinos y sus vidas cada 6 meses?

Como futuro profesor de música (y en defensa de la profesión docente), como actual alumno, como ciudadano en defensa de los derechos de los trabajadores, y como simplemente una persona que entiende que lo justo es justo cuando lo es para todos, la respuesta es una sola: NO, de ninguna forma es justo.

Ya no me refiero a docentes, administrativos etc. ... me refiero a personas, no es admisible que sus derechos laborales, amparados por la constitución, sean vulnerados por la dilación de acciones.

Atendiendo al carácter dialéctico de las relaciones que hilvanan hechos, quiero hacer referencia al tema desde otra óptica. Es así que, como alumno del instituto, me planteo algunos interrogantes que hacen a la excelencia académica, más allá de la validez de los títulos, de la aprobación de los planes de estudio y demás… Simplemente me pregunto:

Independientemente de la validez de los títulos, ¿están garantizados los procesos de aprendizaje de los alumnos si quienes conforman la verdadera estructura que impulsa la institución no gozan de estabilidad para llevar adelante las acciones que conducen a los procesos de enseñanza aprendizaje?

¿Es concebible una enseñanza y un aprendizaje no condicionados bajo un entorno altamente condicionante?

A quienes seguimos la carrera de profesorado, ¿es posible plantearnos la alternativa de “PRAXIS”, de “REFLEXIÓN Y ACCION” en un ambiente en el que se impregna a la cotidianeidad con un aire funcionalmente socializante que, aunque imperceptible, nos SATURE la CONCIENCIA y nos moldee la CONDUCTA?

Para terminar, quiero decir que, por favor, se considere a este cúmulo de preguntas como posibles temas para el futuro, que quizás puedan ampliar los debates dentro de la institución, debates que, a mi entender, requieren la participación de los distintos sectores que integran la comunidad educativa del IUPA.

¿Por qué? Porque la libertad no se otorga ni se recibe, se construye.

Jauregui Juan Bernabé.
DNI 26612008
LEGAJO 08853

¿Qué espero del arte?... Facundo Catalán

¿Qué espero del arte
cuando la plata puede
de un solo firme paso
comprar las ideas?

¿Qué busco en el arte
si la música sirve
para amansar fieras
y tapar voces?

¿Qué espero del arte
si la vida exige pan
y a cambio sólo tengo
un puñado de ideas
hechas canción?

¿Qué queda de arte
en un medio partido
entre obstinados y sumisos,
entre callados e ignaros?

¿Quién quiere al arte
cuando lo convencen
de querer lo vacío
de necesitar lo estéril?
“El artista en su encrucijada” sería un título vendedor, marketinero, y seguramente disparador de algunas voces que pueden tener algo para decir. Pero una vez más, esas voces se perderían, confundidas, acalladas y censuradas por la peor censura que es la indiferencia, en un enorme cúmulo de voces que pretendieron y pretenden convencernos de que no necesitamos del arte para vivir, o al menos no más que lo que necesitamos un mal disco o una mala película.

¿Por qué, después de todo, vamos a necesitar del arte para vivir hoy? Si los poderes mundiales de turno –de turno en todos los ámbitos– nos muestran que es más importante repetir que pensar, tener que hacer, y copiar que crear. La vida digerida que vivimos no tiene un espacio reservado al artista.

ARTISTA: personaje incómodo que incomoda. Bomba de tiempo que como el mejor de los terroristas se puede pasear inocentemente entre la multitud, sin hacer alarde absolutamente de nada, pero que sin duda, está buscando su momento de hacerse oír.
Y sin embargo ¿Quién puede creerle a quien, haciéndose llamar artista, vende su obra a ese poder de turno, que la aprovecha en su máxima expresión: la venta? ¿Quién confía en alguien que ha hecho bandera de ideales en los que nunca creyó, y por los que jamás peleó desde su trinchera?

Sería de necios pedirle al artista que cambie el mundo. Seguro. Pero urge exigirle que se haga oír. El mundo está necesitado de arte, y en su lugar busca la respuesta en el medio comercial, ese que nunca le dio lugar al arte fuera del de ser objeto de venta. Esta búsqueda está tan errada que anestesia la sensibilidad del hombre por lo verdaderamente trascendente, negándole la capacidad de discernir entre lo que es importante y lo que es útil, entre lo convincente y lo impactante.

La palabra del artista se debe hacer oír, pero más que nunca, se debería escuchar. Nadie sabe mejor que él de las adversidades de su tiempo, de nuestro tiempo. Adversidades profundas, que son aún las causantes de lo que nos quieren hacer creer que son los verdaderos problemas contemporáneos: el hambre, la guerra, la pobreza y las enfermedades. El problema de fondo subyace en la indiferencia del hombre por el hombre, el desprecio que él mismo siente por él mismo, que lo lleva a enfrentarse día a día, a autodestruirse como quien está convencido de ser el problema... Y ve en el hermano a un enemigo, y en el compañero a un traidor.

El artista sabe que en el hombre está la respuesta para el hombre, y que nadie debe decirle cuál es, porque en el fondo la sabe। Tan en el fondo que parece mentira que ese lugar se llame conciencia. Y es que la conciencia fue sepultada con las ideas hace ya demasiados años. Y de ambas cosas se nutre el arte para crecer y hacerse oír.




7/10/08

Carta contra la indecisión... Por Sebastián Ormeño

y que diré te? si todo lo que tengo para mostrarte ya lo viste.

estamos juntos... algo, algo... así como perdidos...


y no sé si yo a tu derecha o a tu izquierda o vos a mi izquierda... o... qué importa si; izquierda y derecha no tiene sentido
Cuando no se sabe dónde, dónde se está...



pero sé que somos, sí... Artistas en potencia, aMor, Pero 20$ solidarios obligatorios, obligatorios solidarios, en acto... y no sé cuánta burocracia de alumno que nunca va a egresar, que estudia en un lugar donde 180 días duran años... o se lee Perpetuo donde se dice Normalizador... y dije alumno... que sé que quiere decir Sin-Luz y yo con tantas ganas de Brillar... y yo sé que vos también...

por eso estamos acá... Para aprender a brillar...

y alguien susurró...
Nuestros actos se ligan a nosotros como el fulgor al fósforo, nos consumen, es cierto, pero nos dan nuestro esplendor...

y Otro cantó:
por un fuego que no des a tiempo puede no salir el sol...

y yo les creo y creo que podemos encontrarnos y reconocernos y que...

Somos... somos lo que hacemos con lo que nos hicieron y que...

somos lo que hacemos para cambiar lo que somos...

y acá es donde te invito a arder un poquito... a pelearla sin dar ni un grito exagerado...

quien quiera que seas te buscaré para volar a tu lado...

y no retroceder ni un milímetro ganado...

Un antecedente de la organización estudiantil en el Instituto


“Lo que va a pasar hoy pasó hace tanto”... se hace difícil tratar de poner en palabras un poco de todo esto que nos está movilizando. Quisiera poder explicarlo a la gente que me pregunta “¿De qué se trata esta movida?” “¿Qué están pidiendo?” “¿Es un centro de estudiantes?” “¿Es contra alguien en particular?”. Y las respuestas nunca son blanco o negro. Demasiados matices que más que aclarar oscurecen un panorama por demás sombrío para quien no tiene de primera mano lo que debería tener: información.

Conozcamos algún antecedente. En el año 2004, un grupo (otro grupo) de estudiantes empezó a juntarse a raíz de la inquietud generalizada por el desconocimiento (el mismo desconocimiento de hoy) sobre la situación, básicamente administrativa, que se presentaba en el Instituto en ese momento. La movida comenzó con un par de reuniones en la biblioteca del Instituto y algunas reuniones en el canalito, donde se charlaba, se comentaba a grandes rasgos lo que cada uno sabía, escuchaba y pensaba, y se proponían otras reuniones, con el mismo fin: informarse. Una primera acción fue la de pedir una reunión con el Rector Normalizador a fin de poder charlar sobre estas cuestiones, que él mismo nos diera una explicación y de esa manera conseguir información de primera mano que pudiera aclarar nuestras dudas. La respuesta fue peor de la que esperábamos: no hubo ninguna. Las dos cartas que se mandaron (la segunda tenía fecha de hace casi 4 años, un 8 de octubre) nunca recibieron ni siquiera un “visto”. Esta falta de respuesta, más el alejamiento de algunos de los coordinadores de esa primera movida hacia otros lugares de estudio, hizo que nuestras acciones terminaran diluyéndose entre la indiferencia externa y el cansancio propio de querer mover paredes con la mano.

Hoy, cuatro años después, un movimiento similar está tomando aquella posta y renovando esfuerzos con sangre nueva: gente que quiere y sabe cómo armarse de argumentos que convenzan y presionen sobre los directivos, que tienen que hacer que la situación se normalice, en el sentido legal del término. Y paso a explicarme:

En aquel momento, el grupo de estudiantes exigía que se diera finalmente el proceso de normalización del Instituto. Esto suponía realizar las gestiones debidas para que el antiguo INSA (Instituto Nacional Superior de Arte) fuera de hecho el IUPA (Instituto Universitario Patagónico de las Artes), como ya lo era en papeles, exactamente desde el 10 de marzo de 1999 con la promulgación y publicación en Boletín Oficial de la ley Nº 3283. Dicho proceso contemplaba, entre otras cosas, la designación de cargos docentes por concurso, razón por la cual, TODA la planta docente en su momento debió firmar la renuncia a sus cargos y aceptar un contrato temporal hasta que se realizaran los concursos correspondientes para titularizar las horas en un marco de validez legal. De esta forma, además, se evitarían las designaciones a dedo. Por otra parte, los nuevos programas y planes de estudios de las carreras de todas las escuelas debían presentarse ante los organismos pertinentes para su acreditación y validación, luego debía conformarse un claustro docente, un claustro de egresados, un claustro de alumnos y demás, para que pudiera constituirse el consejo académico del Instituto y así poder llevar a cabo... la elección democrática de un nuevo Rector. Y aquí (no hace falta aclarar más) empezaba el problema para el Rector Normalizador, que veía en esto el fin de su período a la cabeza del Instituto, con lo que sus funciones se limitarían solamente a la presidencia de la Fundación Cultural Patagonia.

Creíamos que esa era la razón por la cual el proceso de normalización no se llevaba a cabo. Creíamos, pero nunca tuvimos la certeza tampoco.

Hoy la situación es distinta, porque el paso del tiempo no hizo sino empeorar las cosas: el incumplimiento de las reiteradas prórrogas para la normalización nos condujeron a una especie de “ultimátum” legal que intenta poner límites a esta forma de funcionamiento institucional. Si no se hace nada al respecto, es probable que las autoridades recurran a acciones peores que, en última instancia, se sabe, llevarían al cierre de la institución.

¿Por qué es importante seguir con esta movida? Porque como habrán visto, en este escrito traté de plasmar TODO lo que sabíamos en ese momento... y sin embargo quedan demasiadas dudas en el medio, que aún hoy no están aclaradas. El apoyo de todos ustedes, que leen, firman, apoyan, alientan, nos informan, nos aconsejan y nos sugieren futuros planes de acción, nos dan ánimos para seguir en esto que es básicamente defender nuestro derecho a la información, y pelear por un Instituto que funcione como debe, y que albergue en su increíble infraestructura, motivo de orgullo de toda nuestra comunidad, una casa de altos estudios que siga formando a los grandes artistas que forma, pero en un contexto de reconocimiento legal a nivel nacional, que sea un motivo más de orgullo para nosotros, y un motivo menos de preocupación.
Facundo Catalan



1/10/08

Abriendo el Juego por Mariana Pessoa

He pasado mucho en los últimos días tratando de encontrar las palabras justas para comunicarme con ustedes. Escribir palabras que representen ideas. Parece sencillo, pero no lo es… y cuando digo comunicarme, quiero decir que no sólo pretendo exponer lo que pienso, sino que espero causar algún efecto en ustedes y que respondan, porque es indispensable que empecemos a entendernos.
No soy una oradora experta, ni tengo manejo de la retórica. Soy una estudiante de esta institución tratando de invitarlos a pensar, a que pensemos juntos, a que nos animemos a dejar de lado las charlas de pasillo para comenzar a reunirnos de una vez por todas para conversar de nuestros problemas institucionales. Estoy tratando de invitarlos a que dejemos de preocuparnos para empezar a ocuparnos.
Todos sabemos que el I.U.P.A (o I.N.S.A, o como se llame) se encuentra en una situación legal desastrosa. Yo me pregunto: ¿qué vamos a hacer al respecto?, ¿vamos a ignorar la realidad?, ¿vamos a seguir jugando a que no pasa nada?, ¿vamos a cerrar los ojos una vez más para no ver el gran problema que tenemos delante?, ¿vamos a seguir creyendo, ingenuamente que todo se va a solucionar como por arte de magia?; espero que no. Creo, en cambio, que es hora de que enfrentemos adulta y seriamente la situación.
Hay algo que hay que entender, esta es ¡Nuestra lucha¡ son nuestros intereses los que están en juego. A nadie le importa más nuestro futuro que a nosotros mismos. Si no defendemos y reclamamos por nuestros derechos ¿quién lo va a hacer?
Esta lucha a la que me refiero, ¡no es una lucha en contra de nadie, sino a favor de todos!, después de todo, ¿qué es el I.N.S.A? La institución no son las paredes, ni los bastidores, ni los pentagramas… ¡La institución somos y la hacemos nosotros!
Cada uno de los estudiantes que circula por los pasillos del I.N.S.A es una célula del cerebro que se necesita para pensar, para tomar decisiones, para actuar en consecuencia y, de esa manera, generar cambios positivos.
¡Dejemos al miedo de lado! El miedo ha sido históricamente utilizado como una herramienta de control. Nadie puede castigarnos por pensar, por preguntar. Nadie. No dejemos que a través del miedo nos controlen, nos paralicen.
Ocupemos el lugar que nos corresponde, porque cada uno de nosotros es verdaderamente indispensable.



Carta Abierta

La presente carta tiene la intención de calar en el pensamiento de toda la población estudiantil del I.U.P.A. y, a la vez, saciar la necesidad de sacar a la luz algunas ideas de índole colectiva que, debido a cierto estatismo de nuestra comunidad, no son ni discutidas ni resueltas.
Básicamente, el gran problema que tenemos los estudiantes es la FALTA DE INFORMACIÓN, sin embargo, y por suerte, no faltan las preguntas. Por ejemplo, ¿por qué se nos coloca ausente o no se nos permite rendir exámenes cuando nos atrasamos en el pago del aporte solidario? Porque el sistema de recaudación de nuestra institución lleva el nombre de “APORTE SOLIDARIO” pero, sin embargo, se rige bajo un sistema más parecido al de los aranceles de las instituciones privadas, que va a contramano de las leyes que rigen cualquier institución pública, porque “EL I.U.P.A. ES UNA INSTITUCIÓN PÚBLICA”.
Con esto no nos estamos poniendo en contra de que nuestra institución tenga un sistema mediante el cual se pueda reunir un dinero extra al que aporta el estado. Ahora bien, presionar a los estudiantes con inasistencias por falta de pago o negarles el derecho a rendir exámenes no solo es una vergüenza en una institución pública sino que además es anticonstitucional.
Otro aspecto del mismo problema es que ninguno de nosotros tiene voz ni voto al momento de decidir en qué se va a invertir “NUESTRO DINERO”. Y quién mejor que nosotros para comunicar cuáles son las necesidades.
Hay muchas preguntas, pero la pregunta del millón es ¿por qué una vez finalizadas las carreras no se entregan títulos y en su lugar se entregan certificados analíticos? (Es más, esto ha empeorado recientemente, ya que hay una serie de compañeros que egresaron el año pasado a los que la provincia ni siquiera les ha enviado el famoso analítico). ¿Cuál es o son los requisitos legales con los que nuestra institución no está cumpliendo y por qué?
Es nuestro trabajo generar los medios para que nuestra institución se regularice con urgencia, para que de esta manera los cargos docentes sean cubiertos según lo establecido por el marco legal, a través de concursos u otros mecanismos, y de esa manera preservar los muchos buenos docentes con los que contamos, y así también fomentar el hecho de que otros puedan incorporarse al instituto. Que se acabe el actual sistema de docentes contratados a término, mediante el cual no se les garantiza ninguna seguridad laboral, porque es falsa la argumentación del Rector cuando dice que de esta forma se nos asegura un nivel óptimo de esfuerzo del docente. La pregunta es ¿se trabaja mejor con la soga al cuello? ¿Cuánto se puede planificar al no saber si dentro de seis meses uno va a seguir trabajando? ¿Hay algún estudiante que en alguna de las cátedras esté llevando adelante un proyecto digno de ser llamado universitario? Lo único que garantiza este sistema de contrataciones es el silencio de los docentes frente a la DESASTROSA SITUACIÓN INSTITUCIONAL por la que estamos atravesando.
Entonces, que exista jerarquía docente y que los más competentes se encarguen de dirigir las distintas cátedras unificando criterios para que dejemos de mirarnos a la cara y empecemos a mirar todos hacia el mismo lado; que nuestros más notables compañeros sean destacados al cubrir cargos de ayudantes de cátedra, como es absolutamente lógico que ocurra en cualquier casa de altos estudios. Esto sería un gran estímulo para todos nosotros, ya que nos ayudaría a desarrollar nuestra experiencia profesional y evitaría ese abismo infranqueable que existe actualmente entre el docente y los estudiantes.
Toda esta problemática nos compete a nosotros, razón por la cual, debemos organizarnos para que surjan ideas claras que iluminen nuestros objetivos. El instrumento que disponemos para llevar a cabo esta tarea se llama “CENTRO DE ESTUDIANTES”.
El centro de estudiantes es una necesidad y un derecho legal. Su finalidad es la de trabajar en pro de la institución, junto a un “RECTOR ELECTO” y un “CONSEJO ACADÉMICO”, porque la institución no son las paredes, “LA INSTITUCIÓN SOMOS NOSOTROS”.
Imaginen ustedes todo lo que en estas circunstancias vamos a poder lograr: romper con el hermetismo en el que estamos inmersos; poder establecer lazos de comunicación con otras universidades y lograr que sepan que existimos; y que somos capaces de generar productos artísticos de buen nivel; llevar adelante trabajos de investigación y experimentación como los que habitualmente se realizan en otros centros universitarios; generar nuestro espacio tan preciado y que ¡no tenemos!… etc, etc.
Es imposible hablar, en un solo texto, de todas nuestras carencias, así como de lo mucho que podemos lograr.
La semilla de la re-formación del centro de estudiantes, que nuestra institución alguna vez tuvo, ya está sembrada. De hecho, varios estudiantes ya estamos trabajando en ello y desde este accionar nace este texto. Esperamos que muchos más se sumen en una participación activa ya que lo que aquí hemos planteado son inquietudes que nos invaden a todos.
Hemos tocado solo algunos de los problemas que nos aquejan y hemos tratado de vislumbrar todo lo que un centro de estudiantes puede lograr.
Quisiéramos simplemente cerrar con una frase de Victoria Ocampo, que dice lo siguiente:

“Si no se tiene el coraje de vivir como se piensa, se vivirá pensando en cómo se vive”




Atte. Estudiantes autoconvocados del I.U.P.A.